sábado, 21 de enero de 2012

UNIDAD DIDACTICA

TITULO: “ DOS BUENOS HERMANOS”.

            Había una vez dos hermanos que llegaron al acuerdo de cultivar el terreno heredado de sus padres y repartirse la producción a partes iguales.
            Un día de primavera, tras coger la primera cosecha, cada uno se llevó quince sacos de trigo al granero de su casa.
            Por la noche, Antón, el más joven de los campesinos, pensó:
            “No es justo que mi hermano, con esposa y tres hijos, disponga de la misma cantidad de trigo que yo, que no tengo obligaciones familiares. Pero sé que si le propongo que se quede él con una parte mayor, no lo aceptará. Sin decirle nada, voy a llevarle tres sacos de trigo de los míos. Teniendo en cuenta su situación, me parece un reparto mucho más equitativo”.
            Y así lo hizo.
            Por su parte, Matías, el otro campesino, esa misma noche le dijo a su mujer:
            -Mi hermano es todavía un muchacho … Debería aprovechar para disfrutar, para salir y conocer mundo. Claro que para eso se necesita dinero… ¡Y tampoco es que le sobre¡. He pensado que, si le diese algo más de trigo, podría permitirse ciertos caprichos.
            -¿Por qué no lo hablas con él y llegáis a un nuevo acuerdo? –le propuso su esposa.
            -Porque estoy seguro de que rechazaría mi ofrecimiento. Por eso, voy a llevarle tres sacos de los míos. Así, podremos ayudarlo.
            Y dicho y hecho.
            A la mañana siguiente, cuando Matías y Antón pasaron por sus respectivos almacenes, antes de salir al campo, descubrieron atónitos que tenían los mismos sacos de trigo que el día anterior.
            Todos los años, tras la recolección, volvía a suceder exactamente lo mismo: Antón trasladaba tres sacos al granero de Antón.
            Ninguno de los dos supo nunca qué era lo que sucedía realmente, pero eso sí: cada uno de los hermanos siguió preocupándose por el otro durante toda la vida.



 CONTEXTUALIZACION.-

            Va dirigido a niños de 10 años cursando 5º curso de Ed. Primaria.

-OBJETIVOS.-

-Fomentar el interés por la lectura.
-Ayudar a comprender los sentimientos de los demás.
      -Comprender el significado del cuento.

-CONTENIDOS.-
      -CONCEPTUALES.-

                  -La fluidez verbal.
                  -Los sentimientos.
                  -La compresión lectora.

      -PROCEDIMENTALES.-
     
                  -Realizando actividades para comprensión lectora.
                  -Comentando con los alumnos las actitudes de los dos hermanos.
                  -Destacando palabras relacionadas con el texto y buscar su significado en el diccionario.

      -ACTITUDINALES.-

                  -Favorecer su desarrollo personal y social.
                  -Avivar su interés en el vocabulario.
                  -Estimular la empatía hacia los demás.

-ACTIVIDADES.-

      -Buscar en el diccionario el significado de ciertas palabras relacionadas con el texto.
      -Explicar el sentimiento que tenía uno de los hermanos hacia el otro.
      -Inventar una conversación entre dos hermanos.
      -Contestar preguntas relacionadas con el cuento.

-RECURSOS.-

      -Un cuento.
      -Papel, bolígrafo.
      -Diccionario.

     

miércoles, 4 de enero de 2012

VIERNES 23 DEDICIEMBRE DEL 2011.


   Aunque las vacaciones las iniciamos ayer, hoy salimos de viaje para ver a nuestros padres, tenemos muchas ganas de darlos un abrazo y felicitarlos la Navidad.

  Nuestra intención era salir lo antes posible, pero el jueves, no preparamos todo el equipaje y tuvimos una discusión con nuestros hijos Pablo e Irene ya que querían llevarse la Wii, DS, PS… . Al final escogieron la Wii. Pablo olvidó parte de los deberes, lo que nos retrasó más  al tener que dar la vuelta nada mas salir con el coche.

   Llegamos al pueblo a la hora de comer y no nos dio tiempo a hacer todo lo que teníamos previsto: ir a la iglesia a ver el Belén y visitar a algunos familiares y amigos.

   Por la tarde fui a ver a mi amiga Begoña, hacía mucho tiempo que no hablaba con ella. Me contó que no lo estaba pasando muy bien, su madre estaba un poquito pachucha, aunque no le noté nada cuando se unió ha charlar con nosotras. Cuando pasó media hora llegó Montse, la hermana de Begoña. ¡Que sorpresa¡ se había cortado el pelo y teñido de rubio; Estaba muy bien, nunca la había visto tan guapa.

   Montse no paró de hablar. Contó que se casaría este verano tras venir de Colombia, pues se iría con una ONG para ayudar en la construcción de una escuela de música. Últimamente no para de viajar y nos confesó que su novio se había quejado un poquillo. En realidad ella tiene la intención de seguir viajando par ayudar a muchos niños necesitados.

  - ¡Horror¡ son las 9h 25m. Y mi marido solo con los niños; el pobre quería ir a casa de su amigo Rubén y contarse sus anécdotas. Pero cual es mi sorpresa que al llegar a casa de mis padres estaba jugando al “cluedo” con los niños y  mis suegros. Estuvimos jugando hasta muy tarde. Cuando nos quedamos solos los niños no querían acostarse, y hubo que convencerlos diciéndonos que mañana irían a ver a Juan y Lucía, sus mejores amigos.

   Pensé:- espero que mañana no sea un día tan ajetreado como hoy-


SÁBADO 24 DEDICIEMBRE DEL 2011.
 
  He imonecido un dío muy soleudo.

   Despertumos rópidimente e los niños con le intención de dir uno vueltu en bicicleto. Después de hinchir les ruedos y engrosir les bicicletos, trunsitemos por un cimino usfeltido. Los niños se quejiron, ura demesiudo iburrido y nos desviimos por unos cominos intrensitubles, fue cuondo empezaron i disfrutur. Yo, sin embergo, estuve o punto de cierme vurios veces. Me errepentí de habirnos desviedo.

   Me ecordé, que le noche unterior mi midre me dijo que le iyudese u prepirer li ceno de Nuvided. Vendríon mis hermonos y tendríu mucho trebojo. Con li excusi de que me perderíu me ucompeñoron; iunque se lo esteron pesundo muy bien.

   En esto époci, un pueblo pequeño como Segurillu, es demesiado trinquilo. Por los terdes no hiy muchos sitios donde ir con los niños. Los niños estubon que se subíon por les piredes por lo que decidimos llimer o unos amigos que tombién tienen niños.

   Decidimos ir o Tilevero de li Reine, estos días hon ibierto uno ludotecis pero niños menores de doce uños. Piro nosotros fue un follón pero ellos se lo pisaron en grende. Cuindo nos quisimos dor cuente ero tirdísimo.

   il llegor e ciso mis pudres nos recibieron un poquillo enfodedos pero, se les posó en cuanto vieron que los niños ostubin muy contentos por lo bien que se lo hubíen posedo.

   Mis hermunos y sobrinos se evilunzoron  piru obrizernos. Hicíe mucho tiempo que no los veíemos y teníumos muchis coses que contirnos. Echumos de menos e mi sobrino Roberto, el militir; no pudo venir yi que estube en uno misión.

   Li cene hubiese trinscurrido trunquilo si Publo, mi mirido, y mi hermono Jesús; no discutiesen por lo mismo de siempre: políticu. Qué pesedos son; siempre hocen lo mismo. Les dijimos que se collusen iunque, sobíumos que no nos heríun ciso. Llegomos u li conclusión que ellos disfrutin discutiendo y los dojimos solos. Nosotros fuimos e otro sitio pire hublor de nuestros coses.


DOMINGO 25 DEDICIEMBRE DEL 2011.

   Desperté muy pronto, todos estaban dormidos. Pensé en algunas de las cosas buenas que me han pasado este año.

   Intentaré redactarlo de forma cronológica:

   En febrero, mi marido, que trabaja en la construcción, tras estar un año en la obra sin hacer nada, le trasladaron a una obra que empezaría en marzo. Pablo estaba muy contento, aunque un poco preocupado porque cada día se enteraba que despedían a sus compañeros por falta de trabajo.

    El quince de mayo por fin ha nacido Adriana, la hija de mi cuñado Nacho. Es una niña preciosa. He dicho por fin, porque Lara, mi cuñada, ha tardado mucho en quedarse embarazada, incluso pensaban que no podían tener niños.

   En Julio, tras terminar los exámenes, estaba muy nerviosa, pues no sabía si aprobaría todo el curso. Cuando me enteré que lo había aprobado, pensé en el verano tan estupendo que pasaría. Pasamos  todo el verano en el pueblo. Irene y Pablo se lo han pasado muy bien, han hecho nuevos amigos.  Pablo nos ha dicho que ha sido el mejor verano de su vida. Pensábamos ir unos días a la playa pero al ver que los niños se entristecían, desistimos.

   Tenía ganas de empezar el nuevo curso. Vería a mis amigas ya que no las he visto en todo el verano aunque nos hemos llamado por teléfono. Nos contamos muchísimas anécdotas y  nos reímos mucho.

   En noviembre nos han dado una gran noticia, mi padre se hizo unas pruebas y ha mejorado mucho desde la última vez que se las hicieron.  Está muy bien anímicamente y ha empezado a hacer cosas que antes no se atrevía hacer. Para celebrarlo hizo una barbacoa para toda la familia. No diré quienes dieron la nota discutiendo de política.

   Pablo me regaló un libro: A merced de la tempestad, el primero de una trilogía. De uno de mis escritores favoritos: Robertson Davis. Me lo leí en tres días, me dio mucha pena terminarlo. Pablo me dijo que no me preocupase, que saldrá la segunda parte a finales de diciembre.

   También pensé en lo malo que nos han pasado.

   Al finalizar enero, Pablo, mi marido, sintió unos mareos, el médico le diagnosticó hipertensión. Cada quince días fue a tomarse la tensión y no le bajaba. El médico le puso un régimen sin sal y le recomendó que hiciese mucho deporte. A las dos semanas se le normalizó. Se lo tomó tan en serio que ahora no para de hacer deporte. Creo que se está pasando un poco. Pero bueno, él dice que se encuentra mejor.

   Al final del verano, Irene cogió un constipado, se le complicó un poco y derivó en una bronquitis, le dieron aerosoles durante una semana y el susto quedo ahí.

   El día veintinueve de noviembre despidieron a Pablo. Le dijeron que la empresa no prevé tener trabajo durante mucho tiempo. Él se quedó estupefacto y les dijo que trabajaba en una obra que funcionaba a pleno rendimiento.  Le contestaron que no importaba, que el despido lo hacían con criterios de antigüedad.

   Lo esta pasando realmente mal. Temí que se viniese abajo y no reaccionara. En casa le animamos mucho.

   Se entero que un día antes, le pasó lo mismo a una amiga suya. Los dos han decidido hacer un master de profesorado de secundaria en la Universidad Europea de Madrid. Aunque sigue muy preocupado, le noto que cada día está un poco mejor y  muy ilusionado con su nuevo proyecto, y así, en un futuro dedicarse a la docencia.

   Al llegar al pueblo, Pablo, mi hijo, se ha llevado un disgustillo porque no estaba su amigo Daniel. Le han dicho los abuelos de Daniel, que no se preocupe, que a partir del día de fin de año se quedará hasta que pasen los Reyes Magos.

   Un mes antes del puente de la Inmaculada Concepción, quedamos con los padres de los compañeros de Pablo e Irene para organizar un viaje en el puente.  A Juan Pablo, el padre de Marcos, se le veía muy ilusionado, fue él quien se encargó de buscar una casa rural  y pagar el adelanto.  Unos días antes fuimos a comprar unas botas de montaña para Irene. Ya lo teníamos todo preparado. Los niños estaban muy ilusionados, en el colegio hablaban de lo que se llevarían al viaje: uno un balón, otro el Monopoly y por supuesto todos la DS, aunque les dijimos que no tendrían tiempo de utilizarla.

   Pero el día veintinueve de noviembre, como ya he contado despidieron a Pablo, y decidimos no hacer el viaje porque aparte de que nos costaría mucho, Pablo estaba muy desanimado y no tenía ganas de ir.

   Cuando se lo dijimos a los niños, no se lo podían creer, se enfadaron mucho. Después de hablar con ellos, razonaron y se les fue pasando el disgusto.

   Nos dio mucho apuro decírselo a Juan Pablo y Nacho, el padre de Alejandro (otro compañero de Pablo y Marcos), pero lo comprendieron. Ellos decidieron que tampoco irían. Nos quedamos muy apenados porque era un viaje fabuloso.

   A Nacho se le ocurrió que nos fuésemos el sábado a pasar el día a la sierra. Todos estuvimos de acuerdo y los chavales dieron saltos de alegría.

   El día anterior, Eva y Nacho, compraron comida y carbón para asar.  Juan Pablo y Montse, compraron las bebidas.

   El sábado nos levantamos muy pronto, al salir del portal el sol envolvió nuestras caras somnolientas como un papel de regalo, el aire se había anaranjado.

   Paramos en una gasolinera de la nacional VI donde habíamos quedado. Seguimos el coche de Nacho. Al llegar a un cruce en el puerto de los Leones, se desvió por un camino de tierra con muchos baches.  El contraste de la luz y la sombra producida por los grandes pinos que bordeaban el camino nos deslumbraba constantemente, parecía que no íbamos a llegar nunca. Después de una hora Nacho se desvió del camino, aparcó en una explanada. Al salir nos inundó un agradable olor a pino. Se oía un leve chapotear de algún riachuelo no muy lejano. Esta sensación de calma terminó con el griterío de los niños en cuando bajaron de los coches. El paisaje era un único contraste de verde de las copas de los pinos y marrones de sus troncos. Anduvimos unos trescientos metros hasta llegar a una zona con piedras donde haríamos la parrillada.

   Tras patear los alrededores empezamos a tener hambre. Recogimos palos secos para hacer fuego, los niños cogieron unas ramas muy finas pero estaban húmedas, Nacho los indicó donde las podían coger, trajeron ramas para hacer cinco barbacoas. Tardamos mucho en encender las ramas, yo creía que no lo conseguiríamos, al echar el carbón faltó muy poco para apagar el fuego, sino es, porque a Pablo se le ocurrió utilizar una bandeja como fuelle. Una vez todo resuelto, asamos panceta, chorizo, morcilla de Burgos y una chuletillas de cordero; el olor a carne asada nos inundó las fosas nasales. La panceta, que fue lo primero que asamos estaba un poco salada, pero lo demás estaba delicioso. De postre Eva trajo unas naranjas muy dulces, se las comieron los más pequeños. Al terminar de comer oímos unos ruidos de unas animales que se acercaban, eran ovejas, pero se desviaron por un sendero. Los niños jugaron al escondite, mientras nosotros nos sentamos donde daba el sol para poder charlar.

   Cuando nos quisimos dar cuenta estaba anocheciendo. Aquí termino este maravilloso día.

DIARIO

VIERNES 23 DEDICIEMBRE DEL 2011.


   Aunque las vacaciones las iniciamos ayer, hoy salimos de viaje para ver a nuestros padres, tenemos muchas ganas de darlos un abrazo y felicitarlos la Navidad.

  Nuestra intención era salir lo antes posible, pero el jueves, no preparamos todo el equipaje y tuvimos una discusión con nuestros hijos Pablo e Irene ya que querían llevarse la Wii, DS, PS… . Al final escogieron la Wii. Pablo olvidó parte de los deberes, lo que nos retrasó más  al tener que dar la vuelta nada mas salir con el coche.

   Llegamos al pueblo a la hora de comer y no nos dio tiempo a hacer todo lo que teníamos previsto: ir a la iglesia a ver el Belén y visitar a algunos familiares y amigos.

   Por la tarde fui a ver a mi amiga Begoña, hacía mucho tiempo que no hablaba con ella. Me contó que no lo estaba pasando muy bien, su madre estaba un poquito pachucha, aunque no le noté nada cuando se unió ha charlar con nosotras. Cuando pasó media hora llegó Montse, la hermana de Begoña. ¡Que sorpresa¡ se había cortado el pelo y teñido de rubio; Estaba muy bien, nunca la había visto tan guapa.

   Montse no paró de hablar. Contó que se casaría este verano tras venir de Colombia, pues se iría con una ONG para ayudar en la construcción de una escuela de música. Últimamente no para de viajar y nos confesó que su novio se había quejado un poquillo. En realidad ella tiene la intención de seguir viajando par ayudar a muchos niños necesitados.

  - ¡Horror¡ son las 9h 25m. Y mi marido solo con los niños; el pobre quería ir a casa de su amigo Rubén y contarse sus anécdotas. Pero cual es mi sorpresa que al llegar a casa de mis padres estaba jugando al “cluedo” con los niños y  mis suegros. Estuvimos jugando hasta muy tarde. Cuando nos quedamos solos los niños no querían acostarse, y hubo que convencerlos diciéndonos que mañana irían a ver a Juan y Lucía, sus mejores amigos.

   Pensé:- espero que mañana no sea un día tan ajetreado como hoy-


SÁBADO 24 DEDICIEMBRE DEL 2011.
 
  He imonecido un dío muy soleudo.

   Despertumos rópidimente e los niños con le intención de dir uno vueltu en bicicleto. Después de hinchir les ruedos y engrosir les bicicletos, trunsitemos por un cimino usfeltido. Los niños se quejiron, ura demesiudo iburrido y nos desviimos por unos cominos intrensitubles, fue cuondo empezaron i disfrutur. Yo, sin embergo, estuve o punto de cierme vurios veces. Me errepentí de habirnos desviedo.

   Me ecordé, que le noche unterior mi midre me dijo que le iyudese u prepirer li ceno de Nuvided. Vendríon mis hermonos y tendríu mucho trebojo. Con li excusi de que me perderíu me ucompeñoron; iunque se lo esteron pesundo muy bien.

   En esto époci, un pueblo pequeño como Segurillu, es demesiado trinquilo. Por los terdes no hiy muchos sitios donde ir con los niños. Los niños estubon que se subíon por les piredes por lo que decidimos llimer o unos amigos que tombién tienen niños.

   Decidimos ir o Tilevero de li Reine, estos días hon ibierto uno ludotecis pero niños menores de doce uños. Piro nosotros fue un follón pero ellos se lo pisaron en grende. Cuindo nos quisimos dor cuente ero tirdísimo.

   il llegor e ciso mis pudres nos recibieron un poquillo enfodedos pero, se les posó en cuanto vieron que los niños ostubin muy contentos por lo bien que se lo hubíen posedo.

   Mis hermunos y sobrinos se evilunzoron  piru obrizernos. Hicíe mucho tiempo que no los veíemos y teníumos muchis coses que contirnos. Echumos de menos e mi sobrino Roberto, el militir; no pudo venir yi que estube en uno misión.

   Li cene hubiese trinscurrido trunquilo si Publo, mi mirido, y mi hermono Jesús; no discutiesen por lo mismo de siempre: políticu. Qué pesedos son; siempre hocen lo mismo. Les dijimos que se collusen iunque, sobíumos que no nos heríun ciso. Llegomos u li conclusión que ellos disfrutin discutiendo y los dojimos solos. Nosotros fuimos e otro sitio pire hublor de nuestros coses.


DOMINGO 25 DEDICIEMBRE DEL 2011.

   Desperté muy pronto, todos estaban dormidos. Pensé en algunas de las cosas buenas que me han pasado este año.

   Intentaré redactarlo de forma cronológica:

   En febrero, mi marido, que trabaja en la construcción, tras estar un año en la obra sin hacer nada, le trasladaron a una obra que empezaría en marzo. Pablo estaba muy contento, aunque un poco preocupado porque cada día se enteraba que despedían a sus compañeros por falta de trabajo.

    El quince de mayo por fin ha nacido Adriana, la hija de mi cuñado Nacho. Es una niña preciosa. He dicho por fin, porque Lara, mi cuñada, ha tardado mucho en quedarse embarazada, incluso pensaban que no podían tener niños.

   En Julio, tras terminar los exámenes, estaba muy nerviosa, pues no sabía si aprobaría todo el curso. Cuando me enteré que lo había aprobado, pensé en el verano tan estupendo que pasaría. Pasamos  todo el verano en el pueblo. Irene y Pablo se lo han pasado muy bien, han hecho nuevos amigos.  Pablo nos ha dicho que ha sido el mejor verano de su vida. Pensábamos ir unos días a la playa pero al ver que los niños se entristecían, desistimos.

   Tenía ganas de empezar el nuevo curso. Vería a mis amigas ya que no las he visto en todo el verano aunque nos hemos llamado por teléfono. Nos contamos muchísimas anécdotas y  nos reímos mucho.

   En noviembre nos han dado una gran noticia, mi padre se hizo unas pruebas y ha mejorado mucho desde la última vez que se las hicieron.  Está muy bien anímicamente y ha empezado a hacer cosas que antes no se atrevía hacer. Para celebrarlo hizo una barbacoa para toda la familia. No diré quienes dieron la nota discutiendo de política.

   Pablo me regaló un libro: A merced de la tempestad, el primero de una trilogía. De uno de mis escritores favoritos: Robertson Davis. Me lo leí en tres días, me dio mucha pena terminarlo. Pablo me dijo que no me preocupase, que saldrá la segunda parte a finales de diciembre.

   También pensé en lo malo que nos han pasado.

   Al finalizar enero, Pablo, mi marido, sintió unos mareos, el médico le diagnosticó hipertensión. Cada quince días fue a tomarse la tensión y no le bajaba. El médico le puso un régimen sin sal y le recomendó que hiciese mucho deporte. A las dos semanas se le normalizó. Se lo tomó tan en serio que ahora no para de hacer deporte. Creo que se está pasando un poco. Pero bueno, él dice que se encuentra mejor.

   Al final del verano, Irene cogió un constipado, se le complicó un poco y derivó en una bronquitis, le dieron aerosoles durante una semana y el susto quedo ahí.

   El día veintinueve de noviembre despidieron a Pablo. Le dijeron que la empresa no prevé tener trabajo durante mucho tiempo. Él se quedó estupefacto y les dijo que trabajaba en una obra que funcionaba a pleno rendimiento.  Le contestaron que no importaba, que el despido lo hacían con criterios de antigüedad.

   Lo esta pasando realmente mal. Temí que se viniese abajo y no reaccionara. En casa le animamos mucho.

   Se entero que un día antes, le pasó lo mismo a una amiga suya. Los dos han decidido hacer un master de profesorado de secundaria en la Universidad Europea de Madrid. Aunque sigue muy preocupado, le noto que cada día está un poco mejor y  muy ilusionado con su nuevo proyecto, y así, en un futuro dedicarse a la docencia.

   Al llegar al pueblo, Pablo, mi hijo, se ha llevado un disgustillo porque no estaba su amigo Daniel. Le han dicho los abuelos de Daniel, que no se preocupe, que a partir del día de fin de año se quedará hasta que pasen los Reyes Magos.

   Un mes antes del puente de la Inmaculada Concepción, quedamos con los padres de los compañeros de Pablo e Irene para organizar un viaje en el puente.  A Juan Pablo, el padre de Marcos, se le veía muy ilusionado, fue él quien se encargó de buscar una casa rural  y pagar el adelanto.  Unos días antes fuimos a comprar unas botas de montaña para Irene. Ya lo teníamos todo preparado. Los niños estaban muy ilusionados, en el colegio hablaban de lo que se llevarían al viaje: uno un balón, otro el Monopoly y por supuesto todos la DS, aunque les dijimos que no tendrían tiempo de utilizarla.

   Pero el día veintinueve de noviembre, como ya he contado despidieron a Pablo, y decidimos no hacer el viaje porque aparte de que nos costaría mucho, Pablo estaba muy desanimado y no tenía ganas de ir.

   Cuando se lo dijimos a los niños, no se lo podían creer, se enfadaron mucho. Después de hablar con ellos, razonaron y se les fue pasando el disgusto.

   Nos dio mucho apuro decírselo a Juan Pablo y Nacho, el padre de Alejandro (otro compañero de Pablo y Marcos), pero lo comprendieron. Ellos decidieron que tampoco irían. Nos quedamos muy apenados porque era un viaje fabuloso.

   A Nacho se le ocurrió que nos fuésemos el sábado a pasar el día a la sierra. Todos estuvimos de acuerdo y los chavales dieron saltos de alegría.

   El día anterior, Eva y Nacho, compraron comida y carbón para asar.  Juan Pablo y Montse, compraron las bebidas.

   El sábado nos levantamos muy pronto, al salir del portal el sol envolvió nuestras caras somnolientas como un papel de regalo, el aire se había anaranjado.

   Paramos en una gasolinera de la nacional VI donde habíamos quedado. Seguimos el coche de Nacho. Al llegar a un cruce en el puerto de los Leones, se desvió por un camino de tierra con muchos baches.  El contraste de la luz y la sombra producida por los grandes pinos que bordeaban el camino nos deslumbraba constantemente, parecía que no íbamos a llegar nunca. Después de una hora Nacho se desvió del camino, aparcó en una explanada. Al salir nos inundó un agradable olor a pino. Se oía un leve chapotear de algún riachuelo no muy lejano. Esta sensación de calma terminó con el griterío de los niños en cuando bajaron de los coches. El paisaje era un único contraste de verde de las copas de los pinos y marrones de sus troncos. Anduvimos unos trescientos metros hasta llegar a una zona con piedras donde haríamos la parrillada.

   Tras patear los alrededores empezamos a tener hambre. Recogimos palos secos para hacer fuego, los niños cogieron unas ramas muy finas pero estaban húmedas, Nacho los indicó donde las podían coger, trajeron ramas para hacer cinco barbacoas. Tardamos mucho en encender las ramas, yo creía que no lo conseguiríamos, al echar el carbón faltó muy poco para apagar el fuego, sino es, porque a Pablo se le ocurrió utilizar una bandeja como fuelle. Una vez todo resuelto, asamos panceta, chorizo, morcilla de Burgos y una chuletillas de cordero; el olor a carne asada nos inundó las fosas nasales. La panceta, que fue lo primero que asamos estaba un poco salada, pero lo demás estaba delicioso. De postre Eva trajo unas naranjas muy dulces, se las comieron los más pequeños. Al terminar de comer oímos unos ruidos de unas animales que se acercaban, eran ovejas, pero se desviaron por un sendero. Los niños jugaron al escondite, mientras nosotros nos sentamos donde daba el sol para poder charlar.

   Cuando nos quisimos dar cuenta estaba anocheciendo. Aquí termino este maravilloso día.